Declaración del Presidente del CESE sobre la situación actual de los migrantes de los países del sur del Mediterráneo. La solidaridad no tiene fronteras en la UE. 

La mayoría de los Estados miembros y sus ciudadanos atraviesan momentos difíciles por la crisis financiera global y las medidas de austeridad. Sin embargo, los momentos difíciles que vivimos los europeos no pueden hacernos olvidar esos otros momentos difíciles que viven nuestros vecinos del sur del Mediterráneo. Tenemos que colaborar más estrechamente con los países de esta región para gestionar la corriente de emigrantes y ayudarles a cambiar las causas profundas de la emigración: la pobreza, los conflictos y la inexistencia de mecanismos de gobernanza democrática.
Los Estados miembros deben actuar inspirados por la solidaridad y defender este valor, fundamental para la Unión Europea. Si ello supone compartir la carga de la emigración, sea cual sea su forma, eso es lo que hay que hacer, y nada más.
Es preciso actuar para impedir que las personas pierdan la vida buscando la libertad. Los problemas de la corriente migratoria y los solicitantes de asilo deben resolverse con una serie de variables clave: la salvaguarda de los derechos humanos, la solidaridad entre los Estados miembros, la coordinación de las políticas y de la legislación en este ámbito y una financiación adecuada. Pero, por encima de todo, la identidad política y los valores de la UE están íntimamente relacionados con la salvaguarda de los derechos humanos. Si no lo demostramos, la credibilidad interna y externa de la UE como entidad política y democrática se vería tremendamente afectada. El CESE cree que una política europea común de asilo verdaderamente funcional es la respuesta más eficaz y duradera tanto a la necesidad de proteger a las personas en situación de riesgo como a las consecuencias que ello supone para los Estados miembros. Con esta idea presente hemos de ofrecer a los solicitantes de asilo un mínimo de servicios de asistencia y de prestaciones de interpretación.
En estos momentos en que los países del sur de Europa tienen que ocuparse de miles de refugiados del norte de África, nuestra acción tiene que llevar a la práctica la palabra «solidaridad». Es algo que concierne a todos los Estados miembros de la UE. Como muy acertadamente ha dicho la Comisaria Malmström, además de solidaridad entre personas necesitamos solidaridad entre Estados miembros.