Intervención de la ministra en el plenario de la Asamblea General de Naciones Unidas. Debate general del 66º periodo de sesiones.

Fecha: 24/09/2011
Comentario:

Intervención de la ministra en el plenario de la Asamblea General de Naciones Unidas. Debate general del 66º periodo de sesiones.

Señor Presidente, Señoras y Señores,
Quiero comenzar felicitándole por su elección para presidir este órgano principal en el que, entre todos, nos esforzamos en alcanzar los objetivos de las Naciones Unidas.
También deseo al Secretario General, señor Ban, el mayor de los éxitos y que siga desempeñando su misión a favor de la paz y el progreso en el mundo con la misma eficacia que ha demostrado en su primer mandato.
Quisiera asimismo expresar mi cordial felicitación a los representantes del nuevo Estado de Sudán del Sur, que se incorpora al concierto de las Naciones Unidas en este periodo de sesiones.
Señor Presidente,
La crisis económica y financiera sigue siendo motivo de grave preocupación en todo el mundo. Sus consecuencias se manifiestan en los ámbitos más diversos. La capacidad de la comunidad internacional para actuar en todo tipo de crisis, allá donde es necesario, se ve limitada. Dificulta la lucha contra la pobreza y pone en riesgo las políticas de desarrollo sostenible, más necesarias que nunca.
España, junto con sus socios de la Unión Europea, está adoptando decisiones difíciles para afrontar esta crisis. Más allá de actuaciones a nivel nacional o regional, es imprescindible una acción concertada global. El sistema de las Naciones Unidas es parte fundamental de una salida a la crisis.
Señor Presidente,
La igualdad de la mujer es uno de los derechos humanos básicos, fundamentado en la igualdad de todos como personas. Avanzar en el acceso pleno e igual de la mujer al mundo laboral, político y social es un imperativo ético, pero hoy es también una medida necesaria para poder salir de la crisis.
Desde el 1 de enero de este año, Naciones Unidas cuenta con un instrumento para ayudar a sus miembros en este objetivo, ONU Mujeres. Su Directora, Michelle Bachelet, impulsará este esfuerzo y cuenta con el pleno apoyo de España. Estaremos al lado de todas las mujeres que luchan por la libertad y la igualdad.
Sr. Presidente,
Hemos conocido en estos últimos meses episodios de rebelión de los pueblos frente a la tiranía de dirigentes que niegan los derechos fundamentales, la dignidad y el valor de la persona humana, marginando a los ciudadanos de la participación en la vida política de sus países y en el disfrute de recursos y oportunidades.
Celebramos el éxito de los movimientos populares en Túnez y Egipto y nos sumamos al esfuerzo de la comunidad internacional para sostener y afianzar los procesos de transición política en ambos países, protagonizados por los respectivos pueblos.
El pueblo libio también podrá por fin disfrutar de la libertad y conocer la democracia tras décadas de dictadura y un conflicto de varios meses. Hemos podido dar la bienvenida a sus representantes en esta Asamblea General con la satisfacción de que Naciones Unidas, en aplicación de sus principios, ha permanecido al lado del pueblo libio.
Nuestra obligación es ahora continuar ayudándolo en el proceso de reconciliación y reconstrucción. Estamos preparados para ello, y lo haremos bajo la guía de Naciones Unidas, y siguiendo el ritmo y las necesidades que nos marquen los propios libios.
Por desgracia, la comunidad internacional sigue asistiendo con indignación a la brutal represión de manifestantes civiles por parte de las autoridades de Siria. Reitero nuestra firme condena de estas actuaciones y la necesidad de que la comunidad internacional adopte medidas para frenar la represión.
Señor Presidente,
Las revoluciones tunecina, egipcia y libia, la revuelta siria y la aceleración de los procesos de reforma en Marruecos y Jordania se inscriben en una honda transformación en el mundo árabe, con profundas consecuencias para la región y, también, para la comunidad internacional en su conjunto. Las legítimas aspiraciones del pueblo palestino a vivir en libertad no pueden quedar al margen de esta ola de cambios.
El conflicto árabe-israelí ha acompañado a las Naciones Unidas casi desde su creación. Esta sesión posiblemente sea recordada como aquella en que la Asamblea General acogió a Palestina como Estado observador. Se trata de una medida que España podría apoyar por varias razones:
• La comunidad internacional reconoce que la solución al conflicto entre israelíes y palestinos pasa por la existencia de dos Estados, el israelí y el palestino, que convivan en paz y seguridad.
• Después de más de 60 años de conflicto, la comunidad internacional tiene que enviar una señal clara a los palestinos de que su compromiso a favor de la creación del Estado palestino es profundo e inequívoco.
• En el año en que “la primavera árabe” cambió la situación del mundo árabe y, con ella, la del mundo en su conjunto, la aspiración justa, legítima y antigua de los palestinos a vivir con dignidad en su propio Estado, libres de la ocupación y de los sufrimientos que acarrea, merece una respuesta clara e inaplazable de la comunidad internacional.
Podemos concebir este nuevo paso como una etapa hacia el legítimo objetivo de Palestina de formar parte de las Naciones Unidas como Estado miembro de pleno derecho.
La paz efectiva y duradera solo puede ser fruto de las negociaciones entre las partes. España cree que los palestinos podrían encontrar en este nuevo estatuto un estímulo para la pronta reanudación de las negociaciones. Precisamente porque éste es el objetivo inmediato de las partes y de la comunidad internacional, tal situación no debería ser utilizada para emprender acciones incompatibles con el espíritu de las negociaciones. También Israel debe contribuir a dicho espíritu, evitando cualquier medida que prejuzgue el estatuto final.
España está coordinando su posición con el resto de los socios de la Unión Europea. Quiero agradecer los esfuerzos de la Alta Representante, Catherine Ashton, por lograr reactivar las negociaciones, de modo aceptable para todos los Estados Miembros de la Unión Europea, incluido la Declaración del Cuarteto que España valora muy positivamente.
El compromiso de España con el pueblo palestino y su lucha contra la ocupación es antiguo y conocido por todos. España siempre ha prestado apoyo político y económico y respaldo moral a las legítimas aspiraciones palestinas.
Por otra parte, las relaciones históricas de España con el pueblo judío se remontan a muchos siglos atrás. La identidad histórica de España no se entiende sin la doble herencia árabe y judía.
Quiero subrayar el compromiso de España con Israel en tanto que plasmación del proyecto de crear un hogar nacional para el pueblo judío. Desde su fundación, Israel ha conocido varias guerras y el dolor del terrorismo contra su población civil. Para España es esencial la seguridad de este joven Estado nacido de un pueblo antiguo. La mejor manera de preservarla es, precisamente, mediante un acuerdo de paz que, entre otros extremos, disponga el establecimiento de un Estado palestino sobre la base de las líneas previas a 1967 con los cambios que acuerden las partes, y con Jerusalén como capital compartida. La seguridad de Israel y de Palestina precisará de garantías efectivas en el futuro acuerdo de paz, incluida la eventual participación internacional si las partes la solicitan.
El futuro acuerdo de paz habrá de estar volcado hacia el futuro, volviendo la espalda a los dolorosos años del conflicto. Por ello, Israel y Palestina han de tener la certeza de que, con su firma del acuerdo de paz, quedarán superadas las reivindicaciones originadas por el conflicto. Asimismo, la solución que se dé al doloroso drama de los refugiados palestinos, deberá ser justa y acordada por todas las partes afectadas, permitiendo la preservación del carácter actual de Israel. El Estado palestino será, también en este ámbito, un elemento clave para la superación definitiva del conflicto.
Señor Presidente,
Algunas voces manifiestan temores de que en las nuevas democracias puedan instalarse grupos políticos con ideologías radicales o extremistas. La democracia es un sistema abierto y justo de participación política, que ha de ser también capaz de defenderse de aquellos que la amenazan.
Afortunadamente, contamos con instrumentos que pueden ayudar a prevenir estas situaciones. La Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas, impulsora del diálogo y la cooperación intercultural, es un claro ejemplo. Su estrategia para el Mediterráneo desarrollada en el marco de la Alianza puede contribuir, mediante programas para jóvenes y campañas educativas y de comunicación, a difundir los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos, siempre en convivencia con los de las culturas locales.
Señor Presidente,
Tenemos que evitar que el terrorismo de Al Qaeda pueda verse reforzado en la región del Sahel por la liberación de armas incontroladas. La comunidad internacional ha de proseguir unida luchando contra esta lacra que golpea a países como Afganistán y Pakistán, de la misma forma cruel e irracional con que lo hizo en Nueva York, Bali, Madrid, Londres, Mumbai, Moscú y otros muchos lugares en la última década. La propia Organización de las Naciones Unidas ha sido recientemente objeto de un terrible ataque terrorista en Abuja, que se suma a los sufridos anteriormente en Bagdad y Argel, entre otros.
Reitero nuestras condolencias al Secretario General y hago llegar toda nuestra solidaridad con las víctimas y sus familiares, así como con los esforzados trabajadores al servicio de la Organización.
Hace pocos días se cumplían diez años del ataque a las Torres Gemelas en esta ciudad de Nueva York. Hemos vivido desde entonces una década sangrienta, a pesar de la decidida lucha de la comunidad internacional contra el terrorismo. Me reafirmo en la convicción de la necesidad de reforzar la cooperación internacional dirigida a la prevención del terrorismo y a combatirlo. Todo país debe asumir la obligación de enfrentarse a esta amenaza de alcance universal.
Por esta razón, España se ha sumado, desde su génesis, a la iniciativa del Foro Global de Lucha contra el Terrorismo, cuyo lanzamiento acabamos de realizar estos días. Apoyamos decididamente las iniciativas de las Naciones Unidas dentro de su Estrategia global de lucha contra el terrorismo y los esfuerzos del Consejo de Seguridad y de la Secretaría por racionalizar las estructuras establecidas para alcanzar los objetivos que nos hemos planteado en este terreno.
Mi país es especialmente sensible con las víctimas del terrorismo. Injustamente olvidadas en ocasiones, su invocación no debe limitarse a una mera mención retórica, sino a un compromiso efectivo para garantizar el reconocimiento, la memoria y la asistencia y apoyo que necesitan. Así lo hemos entendido en España a la hora de legislar sobre esta materia, dotándonos de uno de los modelos más avanzados y eficaces del mundo de atención a las víctimas del terrorismo.
Señor Presidente,
España sigue con gran atención el dinamismo de una región muy cercana a nuestro país como es América Latina. La pujanza de la economía latinoamericana es esencial para la superación de la crisis y para la conformación de una nueva gobernanza económica internacional.
Es ineludible, por ello, impulsar y consolidar un diálogo amplio con América Latina que incluya todos los grandes temas de la agenda global, como el diseño de una arquitectura financiera internacional innovadora y ambiciosa, el cambio climático, la energía, la seguridad o las migraciones.
América Latina ha hecho de su integración regional un motor para el crecimiento y la concordia. España ha querido acompañar este proceso en el marco de las Cumbres Iberoamericanas.
Señor Presidente,
Otras regiones también merecen una atención prioritaria por la dramática situación de sus poblaciones a causa de la sequía y otros males endémicos. La situación en el Cuerno de África es simplemente intolerable. En coordinación con otros donantes y con los Organismos de Naciones Unidas, estamos contribuyendo a dar respuesta a la hambruna en Somalia. Ahora bien, la acción humanitaria, a pesar de ser una prioridad, es sólo un primer paso en la vía del desarrollo. Nos queda, en gran parte del mundo, un largo camino por recorrer.
Deseo por ello reiterar el compromiso de España con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Para mi país, la lucha contra la pobreza es objetivo primordial de su política de ayuda y cooperación al desarrollo. El reto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio nos debe impulsar a redoblar nuestros esfuerzos en favor de su cumplimiento en los plazos previstos. Pero para lograr esos objetivos de desarrollo y garantizar el futuro de las generaciones venideras es clave aprovechar citas como Rio 2012, para forjar un nuevo paradigma que permita conjugar dichos objetivos con la sostenibilidad del medioambiente.
Igualmente importante resulta aprovechar el impulso que el proceso negociador sobre cambio climático recibió en la Conferencia de Cancún 2010. Seguiremos contribuyendo de forma constructiva, junto con nuestros socios de la Unión Europea, en la próxima Conferencia de Durban.
La crisis financiera que afecta a la economía mundial no puede ser una excusa para eludir nuestros compromisos; todo lo contrario, debe impulsarnos a alcanzarlos. Por ello, ante estas dificultades, España ha apostado por apoyar el desarrollo de instrumentos de financiación innovadora, es decir, de aquellos mecanismos a través de los cuales se consigue movilizar recursos financieros a medio y largo plazo adicionales, estables, previsibles y complementarios a la ayuda oficial al desarrollo, que en todo caso habría que mantener. España ostenta actualmente la presidencia del Grupo Piloto de Financiación Innovadora para el Desarrollo, en el que hemos puesto muchas esperanzas.
Señor Presidente,
Nuestro compromiso con el cumplimiento de los objetivos de las Naciones Unidas se manifiesta igualmente en nuestro apoyo y participación en las tareas de la Organización en el mantenimiento de la paz y la seguridad en diversas partes del mundo. Son cerca de 1.200 los compatriotas que actualmente participan activamente en operaciones de paz de las Naciones Unidas, con una presencia destacada en la Misión Provisional de Naciones Unidas para el Líbano; una misión que es esencial para mantener la estabilidad en el sur del país, ayudando también al desarrollo económico en la zona.
Quisiera agradecer al Secretario General su reconocimiento al compromiso de mi país con Naciones Unidas manifestado con su presencia en la reciente inauguración de la Base de Comunicaciones de Naciones Unidas en Quart de Poblet, Valencia. La construcción de esa base, que España ha puesto a disposición de Naciones Unidas, servirá, en palabras del propio Secretario General, para “facilitar la tarea de la Organización, la fiabilidad de las comunicaciones y mejorar significativamente la seguridad de las personas sobre el terreno”.
España se siente profundamente orgullosa de su participación en operaciones de Naciones Unidas, y de mantener su compromiso firme, activo y permanente con la Organización y sus objetivos.
En línea con este compromiso con la Organización y sus fines, España anunció en el año 2005 su candidatura a un puesto de miembro no permanente del Consejo de Seguridad para el periodo 2015-2016. Esperamos que, con el apoyo de los Estados miembros, podamos servir de nuevo en el Consejo y desde allí seguir ayudando a preservar la seguridad y la estabilidad internacionales, al tiempo que continuamos trabajando en favor del desarrollo y los derechos humanos como pilares fundamentales de una paz duradera.
Señor Presidente,
Hace un año, los hombres y mujeres de Libia, Egipto o Túnez seguían esta reunión de las Naciones Unidas oprimidos por regímenes dictatoriales. Hoy son dueños de su futuro. Han luchado por él. La comunidad internacional les ha protegido y les ha ayudado. Ellos, a cambio, nos han dado esperanza. Esperanza de que los cambios son posibles. De que no hay reto demasiado difícil.
Tenemos hoy la certeza de que la comunidad internacional, guiada por Naciones Unidas, avanza por el camino de la paz y la libertad.
Muchas gracias.

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Financiado por: Ministerio de Trabajo e Inmigración
Coordinado por: Universidad de León