Viajar sin fronteras: la Comisión propone controlar de manera más rigurosa el cumplimiento de las normas de Schengen.

Fecha: 16/11/2010
Comentario:

Viajar sin fronteras: la Comisión propone controlar de manera más rigurosa el cumplimiento de las normas de Schengen.

Pese a que es posible viajar sin controles fronterizos en el espacio Schengen, en ocasiones, siguen existiendo obstáculos a la libertad de circulación, como por ejemplo en los puestos fronterizos de carretera de las fronteras interiores, donde el tráfico, en ocasiones, no es fluido. Esto se debe a que los Estados miembros no siempre aplican las normas de Schengen correctamente. La Comisión quiere comprobar más de cerca su cumplimiento y, para ello, ha adoptado hoy una nueva propuesta con la que pretende reforzar el mecanismo destinado a evaluar su correcta aplicación en los Estados miembros. Permitirá a la Comisión verificar mejor la legislación pertinente sobre la supresión de los controles en las fronteras interiores y llevar a cabo controles más efectivos dentro del territorio nacional.
La Comisaria Cecilia Malmström, responsable de Asuntos de Interior, ha destacado que: «El espacio Schengen ofrece la posibilidad de viajar sin controles fronterizos. Sin embargo, para que el sistema funcione, es imprescindible que todas las disposiciones de Schengen se apliquen de manera eficaz y que haya un alto nivel de confianza mutua entre las partes implicadas. Solo si los Estados miembros aplican las normas de Schengen y los reglamentos de manera eficaz, consistente y con transparencia podrán los ciudadanos europeos beneficiarse completamente de la libertad de circulación.»
Es necesario un mecanismo de evaluación específico para garantizar la confianza entre los Estados miembros y la capacidad de aplicar de manera eficaz y efectiva todas las disposiciones de Schengen. El mecanismo de evaluación establece normas transparentes, eficaces y claras sobre el método que hay que aplicar durante las evaluaciones. En particular, la evaluación debería prestar atención al respeto de los derechos fundamentales a la hora de aplicar el acervo de Schengen. La propuesta cubre todas las partes de la cooperación de Schengen, en particular las fronteras exteriores, la política de visados, la cooperación policial y el Sistema de Información de Schengen.
El nuevo mecanismo refuerza el actual sistema de inspecciones periódicas in situ en los Estados miembros e introduce visitas sin previo aviso para garantizar la correcta aplicación de las normas de Schengen en todo momento. La propuesta introduce programas de evaluación plurianuales para las visitas in situ y proporciona normas claras para el seguimiento de las conclusiones fruto de las evaluaciones.
El mecanismo revisado refleja los cambios en la situación legal tras la integración de las normas de Schengen en el marco de la UE y la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. El Parlamento Europeo y el Consejo decidirán conjuntamente sobre esta propuesta.
Antecedentes
El espacio Schengen, una zona sin fronteras interiores, fue desarrollado en un marco intergubernamental a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990 por los Estados miembros interesados en suprimir los controles en las fronteras interiores. Los Estados miembros también quisieron implementar medidas de acompañamiento necesarias a tal efecto, por ejemplo normas comunes sobre los controles en las fronteras exteriores, una política común de visados, medidas de cooperación policial y judicial y la creación del Sistema de Información de Schengen (SIS).
El espacio Schengen, sin controles fronterizos, actualmente está compuesto por 25 Estados miembros de Schengen: Austria, Bélgica, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia, España, Suecia, así como dos países asociados, Islandia y Noruega y, desde diciembre de 2008, Suiza.
El espacio Schengen se basa en la confianza mutua de los Estados miembros en su capacidad de aplicar íntegramente las medidas de acompañamiento que permiten la eliminación de los controles en las fronteras interiores
. Por ejemplo, los Estados miembros llevan a cabo controles en las fronteras exteriores no sólo para proteger sus propios intereses sino también en nombre de todos los Estados miembros a los que las personas pueden viajar una vez hayan cruzado las fronteras exteriores del espacio Schengen.
El actual sistema de evaluación funciona desde 1999. No refleja completamente la actual situación jurídica y tiene deficiencias en cuanto a la metodología y a la utilización de los análisis de riesgo.
En 2009, la Comisión presentó dos propuestas para revisar el mecanismo de evaluación (IP/09/359). Desde entonces, el marco institucional ha cambiado con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Por consiguiente, esta propuesta revisada refleja el mayor protagonismo del Parlamento Europeo y tiene en cuenta las opiniones de los Estados miembros sobre la propuesta inicial. La propuesta solo concierne a la verificación de que los Estados miembros que ya pertenecen al espacio Schengen aplican correctamente el acervo de Schengen. La responsabilidad de comprobar el cumplimiento de los requisitos para entrar en el espacio Schengen sigue recayendo exclusivamente sobre el Consejo. La decisión sobre la entrada en el espacio Schengen la toma el Consejo tras consultar al Parlamento Europeo. 

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